Perdonadme que no os cuente hoy
cómo se está desarrollando todo, pero es que soy bastante supersticiosa para
estas cosas y tengo un miedo terrible a que todo se vaya al garete por mi
culpa. Ya sabéis que Murphy es mi mejor amigo y que su ley a menudo rige mi vida. Pero sí, algún día de estos os contaré qué tal les va.
Hoy lo que quiero es daros las
gracias por vuestros comentarios y por todos los ánimos que nos habéis mandado
y, sobre todo, por cruzar los dedos conmigo. ¡Muchas gracias!
Pero también hoy me gustaría hablar
de algo que me ha hecho pensar al leeros. Y es que parece que las infértiles
tenemos algo más en común que la dificultad para ser mamá.
Parece que somos muchas las que nos
convertimos en malas personas (como alguna de vosotras dice) cuando somos
incapaces de quedarnos embarazadas y recibimos noticias de otras mujeres que
están en estado de buena esperanza.
En algunos de vuestros
comentarios y en muchos otros que he leído en diferentes blogs se habla de este
fenómeno. De hecho, a algunas de vosotras les sorprendió que yo escribiera una
entrada en mi blog expresando mis buenos deseos para que el embarazo de mis
amigas llegara a buen fin.
Pero… ¿¿¿por qué???
Bueno, yo reconozco que no me
alegro de los positivos de todas las que me cuentan que se han quedado
embarazadas. Y sí, a veces hasta me da rabia que algunas se hayan quedado a la
primera aunque todavía ni siquiera se habían planteado quedarse tan rápido.
Amigas que se han casado más
tarde que yo, que llevan muchos menos años con sus parejas o que son mucho más
jóvenes que yo son algunas de las víctimas de mi rabia.
Pero la peor noticia que recibí
fue la de una de mis mejores amigas, a la que conozco desde la infancia y
quiero con toda mi alma. Abrió la veda sin preocuparse de nada: No dejó de
beber, no dejó de fumar, no tomó vitaminas, no empezó a comer bien, en
definitiva, no hizo nada de nada para que su cuerpo se convirtiera en un nido
confortable para el bebé que estaba a punto de concebir. Y yo veía su vida y
pensaba “ésta es una candidata infértil”, “será otra compañera de batallas”, “otro
hombro donde llorar”… Y de repente, su mensaje: “¡¡¡estoy embarazada!!!”
Y yo lo único que pude hacer, además
de alegrarme de que me lo dijera por whatsapp y no en persona, es ponerme a
llorar. No puedo decir si era rabia, odio, envidia, pero alegría seguro que no
era.
Y lo pienso ahora y sé que en
ningún momento he creído que no se lo mereciera, pero todavía, casi dos años
después, cuando pienso en ella y en su precioso bebé, sólo siento una punzada en
el estómago y unas ganas horribles de llorar.
¿Por qué soy tan mala persona?
¿Por qué no soy yo la que se ha
quedado embarazada?
¿Qué hecho yo para merecer esto?
Y sí, todos estos pensamientos se
repiten cada vez que me entero de que alguna se ha quedado embarazada antes que
yo sin “merecérselo”.
Pero cuando se trata de buenas amigas, que llevan tanto tiempo
intentándolo, luchando por su sueño y sufriendo tanto como lo he hecho yo, al
final sus luchas son mis luchas, sus sueños son mis sueños y sus positivos son mis
positivos y cuando esto ocurre, yo quiero saltar de alegría de la misma manera
que lo hacen ellas.
¿Pero significa eso ser mejor
persona?
Pues a lo mejor no.
A lo mejor alegrarse con ellas
porque la técnica empleada ha funcionado puede ser también un síntoma de
egoísmo.
Si quiero rizar el rizo puedo
pensar que esta alegría que siento por ellas es también porque creo que, si
ellas lo han conseguido, la posibilidad de que yo lo consiga es también más
alta. Cada batalla ganada por ellas puede ser una batalla que pueda ganar yo cuando
entre en juego también. Una técnica que ha funcionado con ellas, cuando ya
estaban a punto de tirar la toalla y empezar a pensar en la adopción, también
podría funcionar conmigo, ¿o no?
Y lo dicho, todo esto sólo si
quiero rizar el rizo, porque aunque muchas no os lo podáis creer, mi entrada
Cruzando los dedos fue sincera, mis deseos de que mis amigas tengan un embarazo
satisfactorio y tengan a un bebé saludable no tienen nada (vale, vale, casi
nada) que ver con un deseo oculto de que lo que con ellas ha funcionado también
funcione conmigo, en definitiva, …
¡Yo no soy mala persona!
Y estoy segura de que vosotras
tampoco lo sois.
Sólo es que no podemos evitar
sentirnos mal cuando recibimos este tipo de noticias. Es mayor el dolor que
sentimos por no ser nosotras las agraciadas que la alegría que sentimos por
ellas, pero eso no quiere decir que seamos malas personas. Eso sólo significa
que somos personas sufrientes y que, cuando sufrimos, el resto del mundo nos la
trae al pairo. Su dolor es quizás también nuestro dolor, pero sus alegrías son
nuestro dolor también.
No os sintáis mal por sentiros
como os sentís. No tengáis remordimientos de conciencia. Vosotras no sois malas
personas tampoco, es la infertilidad la que nos hace comportarnos así. Ya
veréis cómo nos libraremos también de estos malos sentimientos en cuanto nos
libremos de la infertilidad.
Y mientras esto no ocurra, y si
lo que queréis es dejar de sentir rabia y sentir alegría, ya sabéis, siempre
podéis ser egoístas y pensar que si estas amigas han conseguido hacer realidad
su sueño con tal o cual técnica, la probabilidad de que vosotras también lo
consigáis es también más alta. ¡Ahí tenéis un motivo para alegraros!
Eso sí, con esto no os garantizo que os convirtáis
en mejores personas pero… ¿quién ha dicho que tengamos que hacerlo?
La rabia contenida es mucha cuando algo que deseas con toda tu alma, no llega. Puede ser tanta la que tengas acumulada que, al salir, pisotea a cualquier sentimiento positivo que se te ocurra tener. Y eso es, ni más ni menos, lo que yo creo que nos pasa a las que tardamos en encontrar el camino de la maternidad.
ResponderEliminarNo somos malas personas, simplemente la vida no nos trata del todo bien.
Buena buena tampoco eres
ResponderEliminarMe gustaria mandarte un privado pero no encuentro ningun correo para hacerlo!
ResponderEliminarEl dolor a embarazos ajenas es algo que me cuesta mucho pero en chicas a las que he acompañado en esta lucha me alegran muchisimo porque como tu dices es la esperanza de que se consigue :)
¡Hola, Meri!
EliminarSiento contestar tan tarde, pero he estado liadísima. Acabo de actualizar mi perfil en Blogger, así que deberías ya poder ver mi correo electrónico.
Espero con impaciencia tu email :)
Un abrazo,
No somos malas, somos humanas
ResponderEliminarBesos
No somos malas personas, es normal. Yo siempre lo he dicho, odiaba a cada embarazada que lucía barriga, los carritos, los bebes de las otras,.... es algo normal. Le ponemos tanta lucha y tanta ilusión, que no comprendemos porqué, despues de tanto esfuerzo, no nos llega nuestra recompensa. Y rabiamos al ver que otras, dejan la pildora y ya están embarazadas.
ResponderEliminarYo soy mamá, pero también soy infertil, y no me olvido de lo mucho que duele serlo.
Besos
Enlazando unos blogs con otros acabo de descubrir el tuyo y me encanta!
ResponderEliminarMe dejaré caer de ver en cuando para seguir tu historia! :)
Por si te apetece ver el mío.. http://yoquierosermama.wordpress.com/
Aunque todavía es algo pequeñito, pero va cogiendo forma! ;)