Después de haber dejado el Gonal
F. a medias parece que mi cuerpo se ha vuelto loco y mi ciclo se ha alargado
como nunca. 45 días me ha durado. 45 malditos días.
Y es que esto de meterse hormonas
ya sabemos que no es nada bueno, pero ahora queda demostrado que dejar los
tratamientos a medias es todavía peor.
Me pinché Gonal F. durante cinco
días y, si todo hubiera ido bien, habría seguido haciéndolo hasta el día de la
ovulación. Después me habría pinchado Ovitrelle y, a partir de ahí, habría
tomado progesterona hasta a saber cuándo (betaespera). Pero como en el día 8 me
chafaron el plan, tuve que dejar el Gonal F. después de esos cinco días, y lo
del Ovitrelle y la progesterona no llegué ni a poder soñarlo.
Menos mal que esta vez las
hormonas no me han afectado psicológicamente. No he tenido crisis
existenciales, ni depresión, ni me ha dado por discutir con mi marido o por
querer divorciarme de él, ni me he preguntado ni una sola vez qué coño hago yo
viviendo en este país (¿o sí?)… No he estado unos días de peor humor que otros,
ni más activa o vaga de lo normal, ni me ha dado por arreglarme más o menos que
de costumbre... Por así decirlo, todos los días han sido exactamente iguales.
Es decir, en cuanto al aspecto psicológico ha sido un ciclo, a mi modo de ver,
plano.
En cuanto al aspecto físico, no
he tenido dolores en los pechos, ni me ha crecido la barriga, ni me ha salido
bigote… ¡ni me ha cambiado la voz! Sin embargo, a partir del día 17 del ciclo y
durante 10 días aproximadamente estuve sangrando a lo bestia. No se trataba de
un manchado como en otras ocasiones sino un sangrado de verdad, rojo y
abundante. Y no, no es que se me hubiera adelantado la regla porque, si lo
hubiera hecho, habría tenido, al menos ligeramente, un dolor de ovarios en los
días de mayor sangrado, pero como no tuve ninguna molestia, estoy 100% segura
de que estaba sangrando sólo por haber dejado el tratamiento sin terminar.
Si hubiera sido la regla, ahora
estaríamos mucho más cerca de nuestro segundo intento para hacernos la FIV,
pero al haberse extendido mi ciclo tanto, ya no sé cuándo podremos ponernos
manos a la obra otra vez.
En mayo tenemos, otra vez, un
montón de compromisos tanto personales como de trabajo, así que parece que no
nos permitirán someternos al próximo (¡y espero que definitivo!) tratamiento.
Sólo espero que en junio no nos surja nada y podamos embarcarnos en una nueva
aventura “fértil”, porque si lo seguimos posponiendo, al final acabará pasando
otro mes y otro y otro y… a este paso nunca lo conseguiremos.
Así que… sí, junio será nuestro
mes. Esta vez estoy segura. Lo vamos a conseguir.
Que bueno volver a leerte. Yo hasta hace poco empecé el camino de los tratamientos de fertilidad y leerte ha sido un bálsamo entre el día a día y las mil veces en que me pregunto: Por qué? Porqué yo? por qué mi esposo? Porque otros millones de mujeres que ni siquiera quieren si?
ResponderEliminarMe tranquiliza leerte y darme cuenta que las mil locuras diarias que pienso, ni son tann locas ni soy la única.
Lamento tanto malestar, espero mejores pronto...
Precioso tu comentario. Muchísimas gracias por escribirlo.
EliminarEspero que pronto puedas dejar de hacerte estas preguntas y obtengas el ansiado positivo. ¡Muchísima suerte!
Un abrazo,