martes, 7 de julio de 2015

El gato, por ahora, sigue vivo

En un par de horas tengo la primera Ultraschall después de inyectarme Elonva hace 6 días. No he tenido ningún efecto secundario ni ningún síntoma que me haga pensar que la estimulación ha funcionado. Tampoco ninguno que me haga pensar que no ha funcionado. Nichts, nada, niente (que dicen tanto los alemanes).

Esta incertidumbre me va a matar.

Me recuerda a cuando estaba en el instituto o en la universidad y hacía algún examen, que tenía que esperar hasta un par de semanas para que me dijeran la nota. Sabía que el examen ya estaba hecho y que lo que fuera, sería, pero no podía dejar de comerme la cabeza.

Pues yo me siento exactamente igual.

Me pinché Elonva el miércoles pasado y durante estos 6 días que he tenido que esperar hasta el Ultraschall habrá pasado lo que tenía que pasar. Yo ya no puedo cambiarlo pero no puedo dejar de pensar ni un momento en si habrá o no hecho el efecto esperado/deseado, en si llegaré o no a la punción.

No, en realidad, esto peor que suspender un examen. En el instituto, si suspendía un examen sabía que era mi culpa porque no había estudiado suficiente. Sabía que, si estudiaba, la próxima vez podría sacar mejores notas, que si me esforzaba sería capaz de aprobar, pero ahora, si fracaso, no sabré qué tendré que hacer para no fracasar de nuevo, no sabré si en el próximo intento tendré más éxito. La próxima vez, de nuevo, no podré hacer nada para cambiarlo. 

Seguro que más de uno se ha encontrado en más de una ocasión en esta incertidumbre. De hecho, un físico austríaco llamado Schrödinger planteó ya en 1935 este mismo problema con ayuda de un experimento.  El experimento, por suerte imaginario, trataba de encerrar a un gato en una caja opaca junto con una botella de veneno radioactivo y el martillo encargado de romper dicha botella después de un tiempo determinado. Las probabilidades de que el martillo rompiera la botella y el gato muriera eran del 50% por lo que el gato tenía un 50% de probabilidades de sobrevivir.

Lo curioso del experimento es que, según Schrödinger, hasta que no se abriera la caja y se comprobara si el gato estaba vivo o muerto, el gato estaría vivo y muerto al mismo tiempo. El motivo por el que ambos estados (vivo y muerto) ocurrirían a la vez tiene que ver, creo, con la física cuántica y los átomos, pero como yo nunca he sido de Ciencias y siempre suspendía Física y Química en el instituto, prefiero dejar mi explicación aquí y recomendaros que veáis este vídeo:




“¿Y a qué viene esto del gato?”, os preguntaréis.

Pues a que es la misma sensación que he tenido todo el tiempo, sólo que en vez de una caja opaca, en el experimento está mi cuerpo, en vez del gato están mis ovarios y en vez de un veneno mortal está Elonva. En un par de horas me dirán si el gato sigue vive (si tengo suficientes ovocitos para continuar con el tratamiento) o si el gato ha muerto (si tendremos que cancelar otra vez e intentarlo en un par de meses otra vez).

Es difícil ponerse en el lugar de Schrödinger y pensar que mis ovarios han producido suficientes ovocitos al mismo tiempo que no han producido suficientes. Es como si viviéramos dos vidas diferentes al mismo tiempo que nos llevan por diferentes caminos con mayor o menos éxito, con mejores o peores noticias…

Ahora sólo queda saber cuál de las dos vidas estoy a punto de vivir.

Algunas horas después...

Acabo de salir de la clínica y las noticias no son del todo buenas.

Seguimos, por ahora, con el tratamiento pero el número de ovocitos obtenidos gracias a Elonva no ha sido tan alto como se esperaba: Tres

Me he quedado muy chafada, la verdad, pero después de leer algunos foros en internet y, sobre todo, después de hablar con mi amiga Y., me he dado cuenta de que en realidad sólo necesito uno para hacer realidad mi sueño de ser madre y que en realidad es mucho mejor tener pocos y de buena calidad que muchos pero de mala calidad.

Así que, bueno, ahora a intentar ser optimista y esperar que en el próximo Ultraschall, el viernes, me digan que mis tres pequeñines tienen un tamaño perfecto para que podamos llegar a la punción.

Además, a partir de mañana me inyecto, junto con Orgalutran, Pergoveris, que parece que será el encargado de darles el último empujoncito.

Espero que todo vaya bien…



PD: No consigo encontrar de nuevo el blog en el que leí hace unos días la teoría del gato de Schödinger. Ni siquiera recuerdo si comenté en él. Si la autora de ese blog (del que ahora ni siquiera recuerdo el nombre) o alguien que lo haya leído se encuentra entre mis lectores, le ruego me ponga el link en un comentario. Me encantaría volver a leerlo.

2 comentarios:

  1. Sólo necesitamos un huevito y un soldadito que juntos den vida a nuestro sueño, tú has producido más de uno, tú no puedes hacer más. Nos guste o no (a mí ni un pelo) hay cosas que se escapan de nuestro alcance... Espero que tengáis mucha suerte.

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    1. ¡Muchas gracias, guapa! Ya os contaré cómo sigue esta aventura.

      Un besote,

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